Levinas y el encuentro



Emmanuel Lévinas (Kaunas, 12 de enero de 1906 - París, 25 de diciembre de 1995) fue un importante filosófo y escritor. El magisterio de Lévinas permitió la difusión de la fenomenología alemana en Francia.

Mucho del pensamiento de Levinas tiene su origen en las palabras de Martin Buber, que describió la necesidad de vivir un diálogo con el otro y con Dios en su obra general Yo y tú.

1º En la actitud de un yo ante un ello al que usa, no se genera una relación, sino un trato.

2º Una verdadera relación solamente nace del encuentro entre un tú y un yo.

3º En los encuentros en lo que los otros son tratado como cosas son deencuentro.

4º En la vida cotidiana todos los encuentros normalmente son ‘deencuentros’, sin embargo solamente los verdaderos encuentros forman nuestra verdadera identidad. Buber escribe: “Me realizo al contacto del Tú.” [...]

5º Critica a Buber diciendo que plegaria y oración no son dialogo y que Dios no está en el tú del otro.

6º En el concepto de Levinas Dios aparece como tercero. Para Levinas Dios no está en el otro, sino que el otro está en la huella de Dios: “Ser a la imagen de Dios, no significa ser el ícono de Dios, sino encontrarse en su huella.” Pero este Dios está presente en ausencia; ocultándose a sí mismo y desde sí mismo, señala al otro.

7º Ir hacia Dios es seguir la huella, es ir hacia los otros, que están en la eleidad, no hay otra camino hacia Él. Esta es la ética como prima philosophia, que reclama Levinas. La Ética en Levinas
llega a un nivel superior.

8º Esta ética es el pensamiento más exigente, porque al considerar cada otro en relación con Dios se lo trata en consecuencia con el mayor respeto y la mayor dignidad posible. Levinas traza un concepto de ética en cual el hombre une lo profano y lo sagrado, lo humano y lo divino. Acercando filosofía y religión desarrolla una nueva ética a un máximo nivel, que no parte de un sujeto autónomo, sino de un yo dependiente del otro. Pero esta ética es la “ética de la heteronomía que es, no una servidumbre, sino el servicio de Dios a través de la responsabilidad para con el prójimo donde soy irremplazable.

9º El Yo no se identifica consigo mismo, sino que es para el otro y reposa allí

10º Rechaza el principio de reciprocidad porque el yo no se relaciona con el tú igual que el tú con el yo y la relación no contiene una promesa ni un compromiso, sino es un sacrificio sin sueldo.
Mi responsabilidad para el otro, lejos de ser una responsabilidad recíproca, es una elección inevitable. Para Levinas el yo, de pie a cabeza, hasta la médula de los huesos, es vulnerabilidad y así está expuesto a la herida y al ultraje del otro. Esta vulnerabilidad extrema es la base de nuestra relación con el otro, por eso nos afecta y sufrimos por él. Como yo soy vulnerable, el otro también, siempre intervengo en su existencia, soy responsable y puede ser acusado de esta responsabilidad no elegida:

11º El se responsable de todos, hace que nazca una nueva ética

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